sábado, 12 de junio de 2021

La mecedora

La tía Rosa se había ido para siempre, exhaló su último suspiro. María quería mucho a su tía, vivía en la casa de al lado por lo que tenían una estrecha relación. Días después del funeral, María fue a la casa de su tía, quería ordenar sus cosas. Se metió a su dormitorio y comenzó con la ropa, pensó en llevarla para ayudar a los necesitados, sabía que a ella le habría gustado.
Organizando las bolsas María sintió un escalofrío que recorría todo su cuerpo, el corazón se le aceleró, sintió una extraña presencia, con mucho miedo salió de la habitación y se dirigió al salón, y allí estaba, la mecedora se estaba balanceando, esa misma donde su tía pasaba las tardes viendo la televisión. Una brisa fría pasó a su lado y la mecedora dejó de balancearse, María salió de la casa, con la cara pálida y temblorosa, nunca le contó a nadie, pues pensó que nadie le creería, pero estaba convencida que la presencia era su tía.

✨Dakota©